Wednesday, March 25, 2009

El sufrimiento de los trabajadores

Veo en TVE1 un especial de 59 segundos, sin contador, sobre la crisis que reúne a las cabezas de sindicatos y patronales, además del Ministro de Trabajo, y Cristobal Montoro, un ser, por lo demás, que combina un desagradable tono de voz, con un discurso deconstructivista de lo más pueril.
Cifras, grandes frases, culpas...
Pero detrás de todo esto, lo que aflora es que esta es una crisis con unos únicos culpables: los grandes empresarios y los políticos neoliberales; y unas víctimas: los ciudadanos, y, dentro de estos, mayoritariamente los trabajadores.
El representante de la gran patronal, esa gran culpable de todo lo que sucede, dice que los trabajadores lo que quieren es ser esclavos. Claro. Lo importante es que haya puestos de trabajo...si estos son de calidad, con salarios dignos, con horarios factibles...nada de ello ha dicho, porque la máquina de su chiringuito se engrasa con la sangre del trabajador. Como lo ha hecho toda la vida.
Dice que las empresas están sufriendo por falta de financiación, y por ello despiden a los trabajadores...¿qué han hecho con los miles de billones de beneficios que han tenido en los últimos 15 años de bonanza?
Esa es la realidad de las cosas, no la foto fija, borrosa e interesada, del sr. Díaz - Ferrán.

Esperemos que los sindicatos y el Gobierno no cedan a la presión.
Esperemos que los autónomos y los pequeños empresarios se den cuenta de que sus intereses están más cercanos a los de la clase obrera que a los de la burguesía.
Esperemos que los ciudadanos no caigan en el error de dar su apoyo a las políticas neoliberales.
Esperemos que el PSOE no caiga en el error en el que tantas veces cae la socialdemocracia, de pensar que la economía es de derechas, porque nunca fue tan importante, como ahora, defender la vigencia de la socialdemocracia keynesiana, las raíces de la izquierda centroeuropea, causante de los más altos paradigmas de bienestar jamás conocidos en la Historia.

Es el momento de la izquierda, es el momento de arriesgar, de ganar la batalla ideológica que parecía perdida.

Arriba los pobres del mundo
En pie los esclavos sin pan...

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Tuesday, March 03, 2009

Pluralidad, no victoria

Las elecciones vascas han dado como resultado aritmético la derrota de la mayoría abertzale, y la victoria, por tanto, del llamado bloque constitucionalista.
Los medios de comunicación (estatales) hablan de cambio histórico, de vuelco, de una Euskadi "harta del nacionalismo"...
¿Harta del nacionalismo? ¡¡El PNV ha ganado las elecciones con un 38% de los votos!! Eso no es, precisamente, estar harto...
Se está trasladando la impresión de que los vascos han votado en contra del nacionalismo vasco, cuando, en realidad, han votado en el mismo sentido de siempre. No hay más que mirar los números:

PNV: 396.500
ARALAR: 62.200
EA: 37.800
Voto nulo: 98.000 (nos guste o no, este voto es nacionalista. De lo contrario estamos haciendo un análisis interesado)

Total: 594.500

PSE-EE: 315.800
PP: 145.000
UPD: 22.000

Total: 482.800

Es decir, hay, nada más y nada menos, que 110.000 votos de diferencia entre un bloque y otro, que es como los medios están presentando la contienda.

¿Esto es un vuelco?¿Esto es, como diría el presidente del Madrid, ese que tiene pinta de mafioso de Mario Puzzo, un chorreo?

Lo que nos arrojan estos resultados es, precisamente, que los análisis deben hacerse con contención, rigurosidad y objetividad.
El PNV ha ganado las elecciones, pero los electores han dicho: "cuidado, hay determinadas aventuras en las que no tenemos nada que ganar"
El PSE-EE sale tremendamente reforzado, y, posiblemente, ostentará la lehendakaritza, pero los votantes también le han advertido de los peligros de hacer "frentes" contra nadie.
El PP se ha metido un bofetón importante, perdiendo un tercio de sus votos, pero la aritmética les ha dado premio. Lo cierto es que Basagoiti parece otra cosa dentro del nido de extremistas del que estaba compuesto el PP vasco en tiempos de Mayor y San Gil.
ARALAR es una magnífica noticia. Representa una izquierda abertzale moderna, preparada, con ánimo de lucha, en defensa de trabajadores y clases populares. Dentro de un contexto europeo de crisis en la izquierda, que una fuerza con tantos aspectos interesantes como esta crezca es una gran noticia. Amén de la extraordinaria noticia que supone que la izquierda abertzale comience a transferirse del mundo violento a las vías políticas.
EA y EB han pagado estar en un gobierno con un partido fortísimo, como es el PNV, que se ha "comido" a sus socios, gracias a las apelaciones al voto útil.
UPyD es una aparición curiosa. En efecto, y como decía la propia Rosa Díez, UPyD nació en Euskadi para dar respuesta a una sensibilidad constitucionalista, y este es el reflejo. Es cierto, y no parece raro que en España empiece a ganar terreno un espectro político, como en otras democracias europeas, anclado en el irracionalismo filosófico, y que se arroga a si mismo el calificativo de "transversal". Detrás de esto se esconde una "nueva extrema derecha".
De hecho, el programa de UPyD no es diferente al del DF danés o el FPÖ austríaco.
Y ¿qué decir de la izquierda abertzale filoetarra? Pues que les guste o les disguste se han llevado un golpe muy duro. En primer lugar porque el nivel de sus apoyos se ha desplomado. En segundo lugar porque, por primera vez, surge una sombra que comienza a oscurecer su estrella. Sus bases están desencantadas. Los menos fanáticos observan como el ciclo de violencia no avanza, y los objetivos políticos están cada vez más lejos y encallados, por muchos muertos encima de la mesa que haya.
Pero que nadie espere autocrítica. Lo primero que han hecho, como no, ha sido amenazar a Aralar. Y cuándo las bestias amenazan nadie se lo puede tomar a broma.

En resumen: la mayoría, nos guste o no, no es "constitucionalista", hay una extrema pluralidad. La aritmética ha favorecido a las fuerzas estatales, precisamente, por la exclusión (o auto-exclusión) del "espacio Batasuna". Es por ello que, gobierne quien gobierne (PNV o PSE-EE) lo debe hacer teniendo en cuenta todas las sensibilidades, todos los colores, todas las opciones...y debe marcarse, por encima de todo, dar respuestas a las demandas de los ciudadanos: Paz, acuerdo, diálogo y progreso.
Quizás sea momento para cambiar de "fuerza dominante", pero que no se venda que los planteamientos del PNV han sido rechazados, porque eso es, simplemente, mentir.

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