¿Qué pasa en Bielorrusia?
Lo que está aconteciendo en la "Rusia blanca" no es algo nuevo. Varias de las repúblicas que orbitaban en torno al poder soviético viven, o han vivido, una situación parecida: cae la dictadura, los funcionarios más hábiles constituyen un partido de nombre aséptico (Partido Demócrata, Partido Liberal, Patria Unida, Movimiento Democrático...), salen elegidos por abrumadora mayoría, y, finalmente, venden sus cargos al mejor postor, sea occidental, sea la antigua madre patria.
Esto para cualquiera con dos dedos de frente es una vergüenza, sin atenuantes, sin eufemismos. Que haya países que sostengan estructuras de poder corruptas, inmóviles, basadas en la penetración del miedo en la sociedad, en la desesperanza, en la omnipresencia totalitaria, debe encontrar una fuerte respuesta por parte de la sociedad democrática, como así ha sido.
Pero el problema no es, sólo, Lukashenko. Lukashenko no es más que un peón, una figura dentro de un tablero geoestratégico dominado por tres potencias: Rusia, Europa y Estados Unidos.
¿Por qué este ahinco occidental en poner en duda, con razón, las elecciones del pasado fin de semana, y esa pasividad a la hora de denunciar otras tropelias sucedidas recientemente en idénticas circunstancias?
Tal vez Bush y Barroso se hayan olvidado de su apoyo a lo sucedido en Turkmenistán, o cómo los norteamericanos amparan al dictador ecuatoriano Obiang.
El problema real es que, por encima de la democracia, las potencias lo que, realmente, defienden son sus acuerdos comerciales. A Europa y EEUU no les movía una noble causa democrática al denunciar las tropelias de Leonid Kuchma, o las de Edward Schevernadze...sino un interés estratégico por oradar el poder ruso para con sus ex - satélites; al igual que la defensa de Putin de la limpieza de las pasadas elecciones ucranias o de los actuales comicios bielorrusos no responde a su convicción en tal sistema, puesto que un tirano como Putin no creo sepa qué es defender la democracia, sino a un mero interés estratégico por reforzar sus posiciones.
¿Es mucho pedir un poco de coherencia, al menos para que no se les vea el plumero de ese modo tan vergonzante?
Me acaba de salir la vena naif, o naïve como le gusta escribir a un amiguete mío, quizás mis reflexiones sean decididamente inocentes...pero si no luchamos por los ideales, y el mío es la democracia, ¿por qué merece la pena luchar?
1 Comments:
Efectivamente, los políticos hablan en términos de valores, y obran en razón de intereses económicos.
Coherencia.
Parece poco pedir, pero eso es tanto como suponer que se mueven por unos principios ideológicos y no al servicio de los intereses del gran capital.
Una sociedad más informada debería servir como conciencia de una clase gobernante que jamás la tuvo.
Si el pucherazo electoral conviene a sus intereses, es soslayado (p.ej: Argelia), cuando no, se agitan las banderas de la democracia (p.ej: Ucrania).
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