Palabras intolerables

El senador del PP, Agustín Conde, ha acusado hoy, en el Senado, a Cándido Conde-Pumpido de "ponerse de lado de los terroristas" .
El problema es que no es la primera vez que un dirigente del PP expresa, de modo abierto, que las instituciones del Estado están del lado de una banda de criminales, y esto es, sencillamente, intolerable.
Cuando uno se calienta es lógico, y comprensible, que se digan palabras más altas que otras. Muchos políticos han perdido, en ciertos momentos, los nervios en momentos de crispación, pero es muy distinto que un partido con aspiraciones de Gobierno orqueste una campaña organizada tendente a desacreditar a las instituciones del Estado bajo la acusación de connivencia con el terrorismo.
Yo reto a todo dirigente, militante o simpatizante del PP a que, si tiene tal convencimiento, denuncie ante el juzgado de guardia, o el competente en cada caso, a José Luis Rodríguez Zapatero, a Alfredo Pérez Rubalcaba, a José Blanco, a Cándido Conde-Pumpido, a Juan José Ibarretxe, a Juan Fernando López Aguilar, a Josep Puigcercòs, a Gaspar Llamazares, y a cuantos consideren que se han puesto del lado de los terroristas, encausándolos por apología del terrorismo, colaboración con banda armada, integración en banda armada, enaltecimiento del terrorismo, cooperación con fines terroristas o delictivos, o cualquier otro delito que consideren se está cometiendo por parte de cualquiera de los antedichos o las Instituciones a las que representan, igual que otros hicimos en momentos pasados en la creencia de que nuestros dirigentes estaban cometiendo delitos.
Aquellos militantes de la derecha que conciben tal situación como cierta deben confiar en una justicia mayoritariamente conservadora, con lo cual no podrán dudar en ningún momento de la independencia de los jueces y magistrados.
Hasta que esto ocurra, lo único que queda es pensar que esta campaña de mentiras es de una bajeza moral sin precedentes en la democracia española, en la que el principal partido de la oposición está acusando al Estado y sus Instituciones más representativas de connivencia con los terroristas.