La necesaria liberalización energética
Leía ayer u hoy, ya no me acuerdo, que la liberalización energética por fin ha llegado al consumidor en Portugal. A partir de ahora 6 millones de clientes podrán cambiarse de compañía prestataria de servicios, en lugar de estar obligados a ser cliente de una compañía monopolística, sea ésta estatal o privada por demarcación.
Hay liberalizaciones que, desde la izquierda, son deseables y necesarias. Dichas liberalizaciones son aquellas que rompen una situación de monopolio u oligopolio, es decir, situaciones que no permiten a los usuarios ejercer una de las caras menos conocida de la democracia, la democracia del consumo.
Cuando existe tan sólo una empresa estatal en sectores que pueden someterse al juego privado sin que ello prive a los consumidores de su derecho a consumir, dicha empresa estatal está entorpeciendo el progreso, puesto que al no tener rival alguno siempre tenderá a acomodarse en lo que hay, sin importarle la búsqueda de valores añadidos, ofertas "a la carta" o cualquier otro tipo de acción empresarial tendente a buscar clientes. No lo necesita, los tiene todos.
Cuando existen una o varias empresas privadas que actúan de modo monopolista por demarcaciones territoriales (eléctricas españolas, farmacias) u oligopólicas, mediante, por ejemplo, concertación de precios (autoescuelas, petroleras) o exclusión de la libre competencia
(Telefónica), la situación es aún peor, puesto que no se tiene si quiera la capacidad de echar a los gestores cada cuatro años, sino que el consumidor está en una situación de desprotección que le hace quedar a merced de la avidez empresarial, normalmente contraria a los intereses de la mayoría, aunque sea cavar su propia tumba.
Para romper una de estas dos situaciones es necesario liberalizar sectores económicos que puedan someterse a la libre competencia, sin intervención estatal.
Obviamente hay criterios políticos que aconsejan que ciertos sectores nunca se sometan a la gestión puramente privada, como por ejemplo, bajo mi punto de vista, la educación (en el que veo muy acertado la combinación de escuelas públicas y privadas), la sanidad (en la que existe una situación similar), la policía y la justicia, etc.
Ejemplos de liberalizaciones nefastas hay a patadas: Telefónica, British Railways o Iberia son casos en los que los consumidores han salido perdiendo, puesto que se pasó de monopolios públicos a monopolios con práctica abusiva privada. Parece que el caso de Iberia tiende a solucionarse gracias a la libre competencia, pero el caso de Telefónica (¿a qué lince se le ocurrió privatizar servicio y líneas, haciendo imposible la entrada de competidores reales?) o el de British Railways (el Estado ha tenido que reivertir en las compañías que se hicieron cargo de la privatización ante el caos que se formó por falta de inversiones) son casos sangrantes que demuestran hasta que punto las liberalizaciones deben ser llevadas con extrema cautela.
Liberalizar bien es de izquierdas, es algo que sostengo sin ambajes. Pero liberalizar bien no es dejar en manos privadas todo, es permitir a los ciudadanos ejercer una libertad fundamental de nuestro sistema democrático. Lo fundamental es que los ciudadanos no sean privados de recibir servicios en condiciones asumibles, según los criterios de los Servicios Universales.
¿A caso es bueno que los españoles no podamos elegir qué compañía eléctrica queremos que nos abastezca?¿Por qué debo ser cliente de HC si en España operan Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Acciona, Unión Fenosa...?
Así no hay manera de que las empresas traten de ofrecernos los mejores precios, puesto que sus ganancias no dependen de ello, la red de clientes es fija.
¿Por qué para ir de Oviedo a Madrid debo ir en Alsa? Hay muchas empresas de autobuses en España: Auto-Rex, Continental, Fernández... Sin embargo, como es un sector ridiculamente sujeto a concesión administratia exclusiva sólo el operador concesionario está capacitado
para prestar el servicio. ¿No es ésto un atentado al consumidor?
¿Por qué una vez que me salgo de la red de telefonía de Telefónica no puedo contratar ninguno de los servicios de Ya.com, Jazztel o Wanadoo? Por que el operador dominante es el que cede las líneas, en lugar de existir protocolos accesibles para todos los operadores destinados a ofrecer entrada y salida universal.
Quizás debemos alejarnos de los viejos prejuicios de izquierda rancia, de slogan bárato del siglo XIX y analizar detenidamente las situaciones del siglo XXI.
En estos momentos hay liberalizaciones necesarias...liberalizaciones que es necesario hacer en beneficio de todos...liberalizaciones desde la izquierda.
4 Comments:
Totalmente de acuerdo, 2 apuntes:
- Me parece que Ono dispone de su red propia de cable, por lo que Telefonica no tendria el monopolio
- Al margen que el PP substituyo el monopolio del estado por un monopolio particular, mas grave fue que prefirio utilizar a Telefonica y Endesa como martillo mediatico y financiero a su servicio colocando a afiliados o compañeros de pupitre al frente de estas empresas, dejando miserablemente el servicio a los ciudadanos como un apendice.
Miguel, insistes en tu artículo en privatizar desde la izquierda. Yo no sé si es porque tú mismo no te lo crees, o porque encuentras algún escollo ideológico.
No es por ser dogmático, que creo que no lo soy. La competencia no se tiene que dar necesariamente entre compañías privadas, ni en un marco desregulado como propones para las líneas de autobuses, ni tan siquiera en una economía de mercado. La competencia, digo, sí que creo que es buena en determinados sectores.
Pero en otros no.
La verdadera competencia en la energía eléctrica supondría duplicar líneas y abastecer a más distancia. Esto incurre en unos gastos tremendos (también ecológicos) y en el aumento de las pérdidas por transporte.
Es muy difícil deslindar todo el tejido de líneas de alta tensión; y aunque tu factura te llegue con el membrete de Iberdrola, puede que el electrón que atraviesa tu casa haya sido producido por Fenosa.
Hay sectores que, por interés nacional, deben estar regulados por el Estado para alcanzar una mayor eficiencia. El sector energético es uno de ellos. Yo me quedo con el modelo francés.
Olhadolh: Ono tiene red propia, como Telecable o Retecal, pero no hay competencia real.
Akin: Yo soy igual de excéptico, pero, desde un punto teórico, la liberalización QUE PERMITE LA COMPETENCIA es buena. El asunto de la telefonía, 100% de acuerdo contigo.
Mendigo: Nunca podré valorar lo suficiente tus fantásticas aportaciones a este blog. Estoy de acuerdo contigo, y es complementario a lo que digo. Lo que se debe hacer es liberalizar el DERECHO DE EXPLOTACIÓN, pero no las líneas de electricidad. Me explico: si el Estado tiene en su mano las líneas de distribución y producción eléctricas, todas, TODAS, las empresas interesadas en prestar servicios podrían entrar en el mercado en pie de igualdad, y eso redunda en un beneficio para los clientes.
Lo que hace falta es aplicar una liberalización REAL en los sectores que se prestan a ello, no en los que no lo hacen. Adam Smith, a día de hoy, se escandalizaría con las liberalizaciones que hace la derecha.
Creo que todos estamos de acuerdo en que la liberalización de la telefonía supuso un desplome de las tarifas (aunque también unas prácticas en el sector de las telecos que bordean la legalidad...por el lado de fuera).
Pero también creo que estaremos de acuerdo que si sólo una compañia tiene las redes bajo nuestras calles, y subarrienda ese servicio a otros operadores...la liberalización es muy limitada, y la compañía hegemónica obligará a las demás a bailar a su compás.
Efectivamente Olhadolh, ONO (como R y otras cableras) tiene su propia red. Pero mientras éstas tienen que afrontar inversiones tremendas, Telefónica rentabiliza sus lineas de pares de cobre de toda la vida (pagadas por todos los españolitos), ofreciendo sobre ellas ADSL. Dificil competir así.
Pasó también con la telefonía móvil, mientras Retevisión no expandía sus antenas, tenía que arrendar ese servicio a las otras dos.
El negocio de la energía eléctrica se divide en tres grandes tramos:
1) La generación
2) El transporte
3) La transformación y distribución.
Las dos primeras han de ser o públicas, o al menos reguladas por el Estado, para evitar esas duplicidades.
La generación pertenece a las grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola y Fenosa, sobre todo).
El transporte es casi exclusivo de Red Eléctrica de España, con una participación pública del 20% a través de la SEPI.
Y la distribución sí que está liberalizada, hasta donde alcanzo a saber, lo que pasa es que extender un red nueva bajo las calles es engorroso y caro. La compañía que tiene ya tendida su red es la que podrá ofrecerte mejores precios, con lo que las demás no se molestan en entrar en su "coto".
Sólo se disputan las acometidas de las industrias, ya que son grandes consumidores que pueden rentabilizar el tirado de UNA sóla línea aérea. Y efectivamente, es en éste sector donde existe más o menos una liberalización real.
De todas formas, que exista una diversidad de oferta no implica que exista competencia. Por ejemplo: las petroleras. 1,2,3 responda otra vez.
;)
P.S: Miguel, gracias a ti por abrir un espacio de debate, sereno y plural.
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