Tuesday, February 20, 2007

La inflación se modera, la economía avanza

Los datos económicos siguen dando alegrías a los españoles. Seguimos creciendo a ritmo vertiginoso, el paro cada vez es menor, la inflación parece ir moderándose por la caida del precio de los combustibles, las arcas públicas registran superávit, los niveles de fraude fiscal han caido...y hasta la parafascista "The Heritage Foundation" asume que el panorama español es muy optimista.
El ciclo de fortaleza iniciado por España en 1995, bajo la batuta de Pedro Solbes, y reafirmado por Rodrigo Rato durante las dos legislaturas del PP, parece, contra todo pronóstico, haber cogido nuevos bríos en manos de su iniciador e ideólogo.
Los aciertos en materia laboral, con una reforma legislativa que ha deparado un récord histórico de contrataciones fijas, y un mínimo en número de desempleados; y las medidas encaminadas a fortalecer la economía del conocimiento, asumiendo un mayor gasto público en I+D+i; los cambios en el sistema fiscal, que tienden a simplificar los trámites tributarios, y que han provocado un aumento de la recaudación sin aumentar la presión fiscal, marcan dos grandes hitos en la acción del Gobierno que merecen un reconocimiento.
En tiempos en los que las estrategias de oposición se centran en discutir si Rodríguez Zapatero cree en España, brillante soplapollez, los ciudadanos debemos ser los primeros que centremos el debate en nuestras necesidades, en los logros que nos dan mayor bienestar y seguridad, más oportunidades para trabajar y retirarnos en paz, y no en ver cómo el PP pone en tela de juicio a TODAS las instituciones del Estado, desde la Corona hasta los Jueces, por no plegarse a su estrategia de confrontación fraticida, a falta de argumentos políticos de peso.
Cada día que pasa tengo más claro que la actual estrategia de los conservadores se inspira, y de qué manera, en la de un famoso dirigente nacionalista balcánico. Su nombre Franco Tudjman. Basó toda su acción política en un catolicismo radical, una visión ultranacionalista del Estado y acusar a sus rivales de conspiradores en contra de la nación Croata o comunistas.
Todo está inventado, por mucho que Zaplebes, Aznar y Rajoy piensen lo contrario.
Ahora, más que nunca, España va bien...lo cual no quiere decir que no piense que puede ir mucho mejor.
Especialmente, y a modo de mero apunte, en materia de inversión privada en I+D+i y optimización del sistema fiscal.
La inversión privada en I+D+i es irrisoria. Hay que convencer a los empresarios que las cuentas de resultados favorables no son nada si al año siguiente dejas de ser competitivo y una multinacional estonia te come el mercado.
El sistema fiscal mejora, pero sigue sin ser óptimo. Hay, como buenos fontaneros, que apretar bien las cañerías para no desperdiciar agua, y que el caudal llegue a las arcas públicas con el objetivo de continuar aumentando las partidas de gasto social.

6 Comments:

Blogger Yosoyasi said...

Los datos de la economía son buenos, pero... no creo que se deba ser tan optimista.
Tradicionalmente España es un país que cuando crece, crece my rápida y genera mucho empleo. Pero con la misma facilidad que lo crea lo destruye ante una perspectiva de crisis económica.

Un dato preocupante de la economía nacional es el pésimo comportamiento del sector exterior. Estamos creciendo gracias al consumo interno y a la inversión de las empresas, pero nos cuesta exportar. La inflación, pese a su moderación gracias a la bajada del petróleo, sigue siendo más alta que la de nuestros competidores europeos y esto lastra nuestras ventas al exterior. Y esta es la clave de un buen PIB, tener un sector exterior que tire del carro en vez de crecer por consumo interno.

En resumen, buenos datos pero no para tirar cohetes, más bien son un indicativo que es ahora, en plena época de vacas gordas, cuando España (gobierno e iniciativa privada) debe realizar las reformas que le permitan mantenerse en la vía del crecimiento incluso en las malas épocas. De lo contrario, todo lo que hoy ganamos lo perderemos mañana.

8:37 AM  
Blogger Mendiño said...

España va bien...
...si eres constructor.

La economía española es un gigante con los pies de barro...con el que se cuecen los ladrillos.

Ya que te gustan las grandes cifras: hay 30.000 personas en España que duermen en la calle. Cada vez la atención a esta gente que quedó fuera de carrera es peor.

¿De qué me sirve que España (que no existe, que es sólo una entelequia) sea rica si a mi lado hay quien pasa necesidad? Alguien que sí existe, alguien de carne y hueso.

3:19 PM  
Anonymous Anonymous said...

Sociata asqueroso no te lo crees ni tu. Fuera de asturias hijos de putaaaaaa


En el actual mandato de Zapatero se habla mucho de la aparente mejora de algunos de los principales parámetros macroeconómicos. Sin duda, el PSOE va a utilizar este argumento como su gran baza electoral, afirmando que este Gobierno ha conseguido éxitos nunca antes vistos en crecimiento, empleo y déficit público. Cabe decir que de ser todo esto cierto, entraría en el terreno de lo milagroso, dado que no ha existido política económica alguna en estos casi tres años, excepto la de dejar las cosas correr a su aire. Las pocas medidas tomadas han ido -todas sin excepción- en contra de lo que la situación económica exigía.
Y si esto es así, ¿cómo explicar sus aparentes éxitos? Hay tres factores que los sustentan. El primero y más importante son los cambios metodológicos realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el cálculo del PIB, de la tasa de paro y del IPC, que -justificados o no- han favorecido extraordinariamente al Gobierno. El segundo es la avalancha masiva de inmigrantes, el «mayor proceso migratorio del planeta», según el INE, que acelera el PIB absoluto a costa de reducir drásticamente el PIB por persona. Y el tercero es la elevación brutal de la presión tributaria sobre las rentas del trabajo y sobre el consumo y el ahorro de las familias, lo que ha colocado a ésta en su máximo histórico, permitiendo incrementos espectaculares en los ingresos públicos.

Con estos factores como base, las explicaciones sobre la marcha de la economía se encuadran en dos tipos. El primero son los engaños sistemáticos en la presentación de las grandes cifras, falsedades que varían desde las meramente chapuceras y vergonzosas -que se traducen en titulares como: «España alcanzará la renta per capita de Alemania en 2010» o «2006 ha sido el mejor año económico de la democracia», que sólo engañan a una minoría- a las mentiras sutiles, consecuencia de los cambios metodológicos que engañan a muchos ciudadanos y medios.

El segundo es la ocultación, también sistemática, de las cifras más relevantes porque, o describen la realidad de la economía permitiendo realizar comparaciones internacionales -es decir, el PIB por habitante en paridad de poder adquisitivo (PPA)- o describen el bienestar de la población, como los salarios reales, la equidad en el reparto de la carga tributaria y la evolución de las pensiones en términos de poder adquisitivo. O también, y es ésta una cuestión central, están las que describen la brutal reducción de la parte del trabajo en el PIB y el descomunal proceso de concentración de riqueza.

Empecemos por los efectos de los cambios metodológicos. El primero se refiere al cálculo del PIB absoluto; el nuevo PIB surge de aplicar la base 2000 de Contabilidad Nacional, sustituyendo a la base CNE-1995, además de otros cambios. Esta revisión era imprescindible, y siéndolo no se entiende por qué se realizó con un año de retraso, retraso que condujo a que el PP llegase a las elecciones de marzo de 2004 con las cifras de crecimiento fuertemente infravaloradas, y a que Zapatero sumase de golpe 0,5 puntos al crecimiento en 2004, que, con total falta de escrúpulos, se apuntaría como mérito propio. El resto del crecimiento hasta el 3,8% de 2006 tampoco tendría nada que ver con la política del tándem Zapatero-Solbes, siendo consecuencia del incremento del consumo derivado de la inmigración masiva, consumo que está repuntando por el nuevo aluvión migratorio procedente de Europa del Este, lo que de momento ha invalidado todas las previsiones de desaceleración, aunque al final sólo agudizara la caída.

El siguiente gran cambio fue el de la Encuesta de Población Activa (EPA). Y así, en el primer trimestre de 2005, se introdujeron modificaciones esenciales en el cálculo de las variables de la misma, siendo la consecuencia fundamental que la nueva EPA contabiliza como «ocupadas» a personas que siempre se habían considerado en paro por realizar trabajos no remunerados para sus familias o de muy corta duración. Como consecuencia de la aplicación de esta nueva metodología, unas 600.000 personas pasaron a la categoría de «ocupados a tiempo parcial» y el paro bajó de golpe de un 10,4% al 8,5%. Esto ha supuesto una inyección propagandística tremenda para el Gobierno, pues los supuestos ocupados a tiempo parcial pasaron de golpe del 8,5% del total de ocupados al 11,6%, y llegan ya al 11,8% en la EPA del cuarto trimestre de 2006.

Por ello, si esta última EPA se hubiera realizado con la metodología anterior a 2005, los parados hoy no serían 1.810.600 sino 2.470.600; es decir, la tasa de paro sería del 11,2 %. Por tanto, la supuesta reducción del paro durante esta legislatura es falsa, ya que si utilizamos la metodología anterior a 2005, la tasa de paro habría pasado del 10, 4% en 2004 al 11,2% en 2006; y si utilizamos la metodología de 2005, la tasa de paro habría sido del 7,5% en 2004 y habría pasado al 8,3% en 2006; es decir, medida en términos homogéneos, la tasa de paro en contra de lo que falsamente proclaman Zapatero y Caldera, se ha elevado en 0,8 puntos.

Pero los datos de la EPA con gran significado económico no acaban aquí, y, como nos recuerdan desde Bruselas, «en España sólo se crea empleo precario y mal remunerado», justo al contrario de lo proclamado recientemente por Zapatero en la apertura de la precampaña electoral entre entusiasmados aplausos. La tasa media anual de temporalidad pasó del 33,2% en 2005 al 34% en 2006, más del doble de la europea, porque los «miles de contratos temporales que han pasado a indefinidos» corresponden a la bajada estacional del tercer y cuarto trimestre, que como señalaba Angel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorro, comentando este mismo tema: «Incluso ha sido inferior a la del mismo periodo del año anterior», y concluía diciendo que «el dinero de las subvenciones a empresas para mejorar la contratación indefinida parece que no está dando muchos resultados».

Finalmente, está la cuestión del IPC. Desde enero de 1997 hasta diciembre de 2005, el periodo de referencia de los IPC armonizados era el año 1996, y a partir de enero de 2006, el año de referencia es 2005=100. Nada que objetar si los cálculos son correctos, lo que sin una auditoria de procedimientos es imposible conocer. Sin embargo, hay un hecho muy curioso: los diferenciales entre el IPC, que es sólo una muestra, y el deflactor del PIB, que es la media ponderada de las variaciones de precio de todas las mercancías del PIB -y en consecuencia mucho mas representativo- se han doblado en 2006 en relación al promedio 1996-2005, de 0,5 a 1,1 puntos. El deflactor subió el 3,8% y el IPC el 2,7%. ¿Casualidad?, puede, pero al Gobierno le ha venido de cine.

Hasta aquí los engaños. La segunda parte, las ocultaciones sistemáticas, son sin embargo mucho mas importantes, porque son las que definen la verdadera situación de la economía para el común de las familias. La primera de estas ocultaciones es el PIB por habitante en PPA, que siempre aparece en letra pequeña, y que, calculado con las cifras de población del INE -44,7 millones de habitantes- demuestra que España es el país que menos creció en 2006 de todo el mundo desarrollado. Pero, si se emplea la población real -que supera los 46 millones-, España no es que sea el país que menos crece, es que incluso está retrocediendo. También demuestra lo mismo la EPA comentada: el número de ocupados aumentó un 4,1% en tasa anual, y el PIB, un 3,8%. Que en estas condiciones Zapatero afirme que somos la envidia de Europa, es simplemente una broma.

Pero la situación es mucho peor cuando analizamos el reparto efectivo de la riqueza, pues el PIB por habitante no deja de ser una media, y este tema resulta crucial, porque Zapatero -que no quiere debatir demasiado ni sobre terrorismo ni sobre inmigración- ha decidido en la presentación de la precampaña que «las políticas sociales serán la enseña de nuestro proyecto». Esto es una burla siniestra cuando se ha practicado la política mas antisocial en 50 años. Para empezar, los salarios reales registran la peor evolución de toda la UE, y, en concreto, llevan ocho trimestres consecutivos bajando, en los que los trabajadores españoles han perdido un 4,4% de poder de compra, mientras los europeos han ganado un 5,5%.

Por otra parte, la presión tributaria sobre la clase media y los jubilados ha subido más de tres puntos del PIB, y se sitúa en su máximo histórico; mientras, los ricos están prácticamente exentos del pago de impuestos. Y en cuanto al reparto de la riqueza, la parte del trabajo en el PIB ha descendido a su mínimo histórico, mientras las familias mas ricas han multiplicado por tres su patrimonio, en lo que constituye el mayor proceso de concentración de riqueza de la Historia de España.

El descenso del salario real y el desigual reparto de la riqueza son ya absolutamente inaceptables. Las diferencias entre clases sociales han llegado a límites intolerables, pues mientras más de un 60% de las familias tiene dificultades para llegar a fin de mes, y un 21% vive por debajo del umbral de la pobreza -entre ellos, el 48% de los jubilados-, somos el país con mayor crecimiento del número de millonarios de Europa.

Y en cuanto a las pensiones -un tema estrella para Zapatero, que se jacto el sábado pasado de haberlas subido un 28%-, si descontamos la inflación y la subida de impuestos sobre el consumo y los planes de pensiones, los jubilados han perdido un 6% de poder de compra. Y esto ocurre hoy, porque cuando cambie el ciclo económico, la desastrosa herencia de unos gobernantes insensatos que han generado el mayor desequilibrio exterior del mundo -ha subido ya al 10% del PIB y va a peor, no a mejor- y producido unos desajustes internos insostenibles, va a llevarnos a una crisis sin precedentes, como vaticinan desde Bloomberg al Wall Street Journal, pasando por el Financial Times y el The Economist.

Finalmente, tengo que manifestar mi asombro al ver cómo en el PP se mantienen a la defensiva en la cuestión económica, cuando la derecha tiene hoy una oportunidad irrepetible de levantar la bandera contra la desigualdad intolerable en el reparto del crecimiento, contra la injusticia flagrante en el reparto de la carga tributaria, y contra el empobrecimiento mayoritario de la población. Cometerá un error histórico si lo desaprovecha.

Roberto Centeno es catedrático de Economía de la Escuela de Minas de la UPM.

11:17 PM  
Blogger Miguel K. Stobbs Serrano said...

Cuando me insultan, y me corta-pegan un artículo que, con toda seguridad, no han leido me siento particularmente orgulloso...
Pecado de vanidad.

9:14 AM  
Anonymous Anonymous said...

Pues a mí, sin insultate como´l otru, prestaríame abondu que comentases l´artículu, por que nun se paez en ná ´l panorama al que tú y los tos acólitos pintáis.

PD: Soy economista asín que gustaríame, que si sabes, contestes y no que te andes po les rames como un aprendiz de políticu cualquiera. Más que nada ye pa comprobar el grau d´adoctrinamiento que vos meten...

8:12 PM  
Blogger Miguel K. Stobbs Serrano said...

Las cifras, por supuesto, pueden utilizarse para lo que uno desee, y se le pueden encontrar las explicaciones que a uno más le convengan.
Yo daré las mías, que son eso: mías, y, por tanto, criticables y rebatibles.
El uso del PIB en términos PPA es interesado. Efectivamente, el PIB por familia en PPA ha descendido, porque, como bien se dice en el artículo, y no se valora, se han asumido en muy pocos años un porcentaje espectacular de ciudadanos y ciudadanas en el quintil inferior del esquema de poder adquisitivo. O dicho de otro modo, los 4,5 millones de inmigrantes que residen en España aportan, en bruto, un PIB apreciable, pero su media es menor que la media PIB de los 40 millones de españoles. Es decir, lo que en términos de la jerga comunitaria se conoce como efecto estadístico. En 2004 se adhirieron a la UE 100 millones de ciudadanos, un 22% de la población total de la Unión, que aportaron un 4,5% del PIB comunitario. Algo similar a lo que sucede, en una "snapshot" con los inmigrantes.
Pero esos inmigrantes, en términos de sostenibilidad del sistema, son necesarios, puesto que de su consumo se deriva un aumento importante de la recaudaciín vía IVA, ya que, en bastantes casos, aún no están plenamente integrados en los cauces tributarios normales.
Con lo cual el argumento de PIB-PPA y el argumento de los inmigrantes, que por cierto, destila racismo implícito por todos lados, me parecen débiles.
Pero aún diré más: comprobad los coeficientes Gini de España en 2006 y decidme si han empeorado.
El cambio de sistemas EPA e IPC se deben, ante todo, a la necesidad de reconcer realidades que dotan de mayor fiabilidad a la estadística.
En el caso de la EPA, es todo un acierto haber dejado atrás la obsesión por identificar los datos del INEM con el número de parados, porque hay ciudadanos y ciudadanas que, sin estar en condiciones de plena ocupación, no están desempleados. Por ejemplo los becarios. Por si hay alguna duda, el nuevo método de la EPA es clavado al que existe en el servicio público de empleo sueco.
Lo del IPC, con todas las reservas que tengo a su sistema de cálculo, por ejemplo en cuanto a la adición del tabaco como parte de la "cesta media", creo que actualmente es fidedigno, entre otras cosas, por el reconocimiento de la realidad económica de las rebajas.
Los desequilibrios en el reparto de la riqueza responden, en buena medida, y como he dicho anteriormente, a la asimilación de muchos sujetos en situaciones precarias, al menos censalmente, de golpe. Ello ha, sin duda, distorsionado, al alza y a la baja, ciertas cifras. Pero decir que nuestras cifras de desequilibrio son inaceptables es mentir, o ser alarmista, cuando la realidad es que hemos superado durante el último año a Italia en datos económicos, lo cual es excepcional.
El déficit exterior es, sin duda, muy preocupante, y responde en parte, y sólo en parte, como he dicho en multitud de ocasiones, a las pauperrimas cifras de I+D+i PRIVADAS en España, lo cual resta mucha competitividad externa a nuestra economía. Esto es así, es un debe enorme de nuestra economía, y se debe corregir.
Nuestra economía no es perfecta. Sigo echando en falta, y mucho, un plan a medio y largo que prevea una posible desaceleración del mercado inmobiliario.
Sigo pensando que se debe hacer un reajuste fiscal que, sin aumentar la presión fiscal, haga el sistema más eficiente a nivel recaudatorio, ya que España, y esto no es de derechas ni de izquierdas, es el país, tras Italia, con mayor fraude fiscal de Europa. Hay indicadores que lo cifran en un 20-25% del PIB.
Esto, que es un vicio patrio muy reprobable, debe corregirse de inmediato, y me consta que la AEAT está poniendo su máximo empeño.
Pero aún así, pienso que nuestra economía, considerada globalmente, funciona notablemente.

10:30 PM  

Post a Comment

<< Home