Wednesday, January 09, 2008

Un año excitante

Feliz año nuevo, con retraso, a todos.
Lo primero es, forzosamente, explicar el porqué de la ausencia, o intermitencia, de reflexiones en esta bitácora durante los últimos tiempos. Como sabéis, he cambiado de trabajo hace un mes, lo cual ha provocado que me haya tenido que ir de Oviedo para trabajar en Miranda de Ebro. Durante este mes todo ha sido como un carrusel, lleno de cosas nuevas, rápidas, difíciles, y de respuesta efervescente, y, claro, ha sido muy complicado mantener un mínimo nivel de calidad en mis visitas a este espacio.
Pero estamos en camino de corregirlo.
De momento con un breve comentario sobre el año que nos espera. Un magnífico año, por lo que parece.
Tenemos elecciones generales el 9 de marzo, una cita que se presenta muy interesante, con dos proyectos muy diferentes, tanto en el fondo como en las formas, y que se decidirá en el último suspiro.
Zapatero encara las elecciones con una hoja de servicios notable, labrada a lo largo de 4 años de éxito en lo económico y lo social.
Lo que debía ser una segura victoria se está poniendo en peligro por algunos elementos extraños que enrarecen la campaña. Por un lado, el papel de la Iglesia española, excesivamente intervencionista en esto de la res publica, con ciertos regustos de un pasado olvidable, y absolutamente escorada en el debate partidista. Por otro, la continua crispación existente en nuestro debate público. Hay demasiada emotividad en nuestras discusiones, demasiada irracionalidad en las ideas, y muy poco sosiego y sentido de estado a la hora de abordar ciertas cuestiones.
Rajoy encara la cita como un todo o nada. Si gana, podrá acceder a la presidencia que daba por segura hace 4 años, con todo el equipo que acompañó al presidente Aznar. Si pierde no tendrá otra solución que marcharse a su casa con un enorme halo de perdedor.
Si vibrantes se presenta nuestra cita electoral nacional, como apasionante puede calificarse el evento americano.
Hacía años que no había tantos y tan diferentes candidatos en ambos partidos. Los demócratas deben elegir entre figuras que suponen un cambio radical, por unas razones u otras, respecto a las últimas administraciones norteamericanas. En juego el primer presidente negro, la primera presidenta mujer, o un presidente de claro tinte izquierdista, Barack Obama, Hillary Clinton, o John Edwards. Los tres con buenas razones, los tres con puntos débiles. Lo que es seguro es que será una nominación muy combatida, y, con seguridad, dará lugar a un ticket muy atractivo de cara a las presidenciales.
Los republicanos cuentan con una lucha más abierta, ya que hasta cuatro candidatos (Romney, Giuliani, Huckabee y McCain) cuentan con posibilidades para suceder a Bush en la candidatura del GOP. Dos de ellos, los teocons Mitt Romney y Mick Huckabee, encarnan un ultraconservadurismo con regusto fascista, envuelto en fraseología religiosa, que me resulta de los más inquietante. Son, directamente, nocivos para su propio país, y para el resto del mundo.
John McCain es el típico exponente del Partido Republicano, un conservador, aislacionista, favorecedor de las clases más elevadas, favorable a la pena de muerte...si bien parece más aconsejable que Bush para el resto del mundo. Podría ser comparable, en cierto modo, a George H.W. Bush, un conservador realista. El último en liza, y favorito según las encuestas, es Rudy Giuliani, ex-alcalde de NY, y el más centrista de los republicanos, lo cual le hace perder el favor de los poderosos evangelistas.
No me negaréis que está entretenida la cosa, ¿verdad?

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1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

MI AÑO SI QUE VA SER EXCITANTE DESCUIDA. GRAN BLOG DE UNA GRAN PERSONA.

UN ABRAZO STOBBS.

2:47 PM  

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