Thursday, December 15, 2005

Las perspectivas financieras de la UE

Hemos entrado en la fase decisiva en la que la presidencia británica de turno de la UE está intentando cerrar unas perspectivas financieras que dirijan la faceta presupuestaria de la Unión entre los años 2007 y 2013.
La cuestión no es menor, estos presupuestos dictarán la capacidad de la UE para digerir la ampliación y preparar futuras bienvenidas a nuevos estados como son Rumanía, Bulgaria, Macedonia, Albania, Croacia, Bosnia o Turquía.
Durante estos días no hago más que leer sobre el asunto, y me asusta la falta de conocimiento, cuando no la mentira sin pudor, de la que algunos hacen gala al hablar del asunto. No es que yo sea un experto, que sin duda no lo soy, pero he dedicado, y sigo haciéndolo, mi vida académica a los asuntos europeos.
Leer cosas como que el Presidente del Gobierno ha pactado con el Presidente de la Comisión una reducción de fondos a cambio de la inhibición en el asunto de la OPA de Gas Natural es, simplemente, mentir.
Los presupuestos comunitarios no requieren, en absoluto, de la intervención del presidente de la Comisión para su aprobación. Durao podrá proponer, usar sus buenos oficios, pero a la hora de la verdad no tiene ningún peso real en la decisión.
Asistir atónito a como un cargo del Europarlamento achaca a los pactos con los nacionalistas que España pierda dinero con la propuesta británica es, simplemente, no tener ni idea de lo que se habla.
España recibirá menos dinero en este sexenio, lo cual es lógico puesto que nuestro país tiene una economía mucho más desarrollada que la que tenía en 1997, cuando se negociaron las últimas perspectivas. Además la ampliación fuerza a que determinados países de la "clase media" europea pasen, por efecto estadístico, a engrosar la "clase alta" y deban, en aras de la cohesión, ceder parte de sus aspiraciones.
Que la oposición haya decidido hacer de un asunto de política de Estado una discusión demagógica ayuda muy poco a la posición negociadora española, ya que es incómodo negociar sabiendo que, cualquiera que sea el resultado, el PP se echará al cuello.
La realidad es la que es, España tiene, forzosamente, que perder dinero para el siguiente sexenio. El caballo de batalla es intentar dilatar hasta 2013 el convertirnos en contribuyentes netos a las arcas de la UE, ya que, en otro caso, España soportaría de modo más severo el proceso de ampliación que el resto de socios comunitarios.
Creo que una perspectiva realista nos debe inclinar a pensar que es posible conseguir el objetivo de seguir teniendo saldo positivo en nuestras cuentas con la Unión, pero también que el ciclo en el cual España era el gran beneficiado de la política común se ha extinguido. A partir de ahora toca poner más que retirar, toca demostrar europeísmo desde la generosidad y reivindicar un lugar central dentro del club privilegiado al que pertenecemos.
Comienza el discurrir de la "Nueva Europa", esperemos que sea para bien.

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