Wednesday, April 12, 2006

Ni tanto ni tan calvo

Los sucesos del 11-M están arrojando una literatura que, con el paso del tiempo, está convirtiéndose en poco, o nada, edificante.
Es comprensible el shcock que dichos atentados provocaron en la opinión pública, y, sobre todo, en las víctimas, pero quizás lo que no es tan comprensible es que dos años después de la masacre sigan existiendo declaraciones que apuntan a conspiraciones sacadas de películas de ciencia-ficción.
Por un lado, las declaraciones del portavoz popular en la Comisión, Martínez-Pujalte, son de una vileza extraordinaria. Con el simple ánimo de enfangar más aún a los españoles en su delirante mentira, el PP sigue dudando temerariamente de lo investigado por el juez Del Olmo, y es que, para algunos, la justicia solo funciona cuando les sonríe.
Dice Martínez-Pujalte: "hoy nadie se atrevería a decir que los terroristas islámicos y los de ETA son como el agua y el aceite" porque, reiteró, se "mezclaban en las cárceles y usaban procedimientos comunes". "Algún tipo de relación sí existía"
El PP sigue con su estrategia de meter a ETA en un saco en el que, muy a su pesar, no están. El juez ha establecido todas las conexiones posibles, y la de ETA no se sostiene. Y es que cuando se acusa, judicialmente, de algo a alguien, la acusación debe poder mantenerse, sino es un fiasco, y en un caso como este más.
Por otro lado, Pilar Manjón ha cuestionado, en declaraciones a la cadena SER, la actuación del Ministerio del Interior para detener tales atentados.
Comprendo, perfectamente, el dolor y ánimo que Pilar Manjón tiene con respecto al esclarecimiento de este caso, pero no es permisible que se arrojen sombras sobre la actuación previa a los atentados por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Alentar conspiraciones encaminadas a acusar a los titulares de Interior de negligencia en la prevención de los atentados es, cuanto menos, arriesgado.
Cosa distinta es la enorme mentira que los titulares de Interior, y del Gobierno, arrojaron para salvaguardar su vergüenza tras los atentados, conocedores del impacto que generaría la atribución a una célula islamista entre la opinión pública.
Rebajar la crispación que rodea este caso sería lo ideal para que la justicia pudiese trabajar con libertad y sin presiones de ningún tipo.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home