Monday, October 09, 2006

El desafío norcoreano

A las 3:36 un leve seismo azotaba el mar de Japón y la pequeña península de Corea. Minutos después el pequeño temblor se convertía en un terremoto político de consecuencias aún impredecibles.
La prueba atómica que la tiranía estalinista ha llevado a cabo es, sin lugar a dudas, un atentado contra la paz mundial, puesto que pone en manos de un desequilibrado mental un artefacto capaz de cobrarse cientos de miles de vidas en pocos minutos.
Pero hay que hacer un análisis en perspectiva de la situación antes de pasar a la acción y emprender todo tipo de condenas internacionales contra el pequeño megalómano coreano.
Tenemos en el planeta decenas de estados poseedores de tecnología nuclear con fines bélicos, y ninguno de ellos han sufrido represalias internacionales práctcias de ningún tipo, se traten de democracias o dictaduras. Así EEUU, Francia, Reino Unido, China, Rusia, India, Pakistán e Israel son, sin sospecha, estados en disposición de armas nucleares. De ellos, Israel, India o Pakistán están en riesgo bélico permanente y real, siendo, como son, estados nada de fiar a la hora de utilizar armamento de estas características para lograr sus fines. ¿Cuál ha sido la respuesta de la comunidad internacional? Palmadita en la espalda y a mirar para otro lado.
Sólo un estado ha utilizado armamento nuclear, los Estados Unidos de América, causando cientos de miles de muertos y dejando en el poder, por cierto, al emperador fascista al que esas bombas pretendían amedrentar.
Con estas premisas, ¿qué tiene que temer Corea del Norte? Las sanciones no le afectarán en absoluto, porque es un país aislado a cuyos dirigentes la hambruna de su población le importa un pepino, y ha creado tal miedo militar que nadie en su sano juicio osará meterle mano.
Si la comunidad internacional hubiera tomado en serio el peligro que representan las armas nucleares, y los Estados hubieran renunciado a su fabricación y uso nada de esto estaría pasando. Lo que es éticamente inaceptable es que países que tienen el mismo armamento y que han demostrado no tener cautelas a la hora de utilizarlo cualquiera que fuera el coste se líen ahora en un mar de condenas.
Le tengo tanto miedo a una Corea del Norte nuclear, como a un Irán nuclear o un Pakistán nuclear...y tanto como a unos EEUU nucleares, porque ya han demostrado en repetidas ocasiones (Hiroshima, Nagasaki, Vietnam y el napalm, Faluya y el fósforo blanco) lo poco que les cuesta utilizar armas de destrucción masiva contra civiles desprotegidos.
Tenemos ante nosotros una situación muy mala, con un futuro incierto. Corea del Norte debe ser despojada de sus armas nucleares a la mayor brevedad, pero es insostenible que otros Estados sigan teniendo decenas de miles de ojivas nucleares.
La solución no pasa por marcar quién puede tener armas nucleares, sino que debe cifrarse en que nadie pueda tenerlas.

2 Comments:

Blogger Mendiño said...

La decisión de tirar las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki fue absolutamente gratuíta y criminal, con una industria bélica japonesa estrangulada, y el cinturón defensivo roto por cien puntos. La rendición era cuestión de tiempo.

Sin embargo, las armas nucleares evitaron al mundo una prolongación de la Tercera Guerra Mundial entre los dos bloques del telón de acero.

Si no llegan a existir esas armas, es muy probable que hubiera muerto muchísima gente.

Ya me empiezo a preguntar si el desarrollo de esas armas ha sido una suerte o una desgracia para la humanidad. Pueden que hayan salvado más vidas que las que han destruído.

No tengo dudas de que el programa iraní de enriquecimiento de uranio tiene fines, si no inmediatos sí a medio plazo, militares. Un país con las mayores reservas mundiales de gas no necesita comprar el carísimo uranio para nada. Y la verdad...me alegro.

Si Sadam hubiera tenido armas nucleares y la tecnología para alcanzar las costas de EEUU...

En política, como en la física, la mecánica o las relaciones personales...debe exitir equilibrio de fuerzas. Sin embargo, el que la paz esté sustentada por el órdago nuclear es espantoso.

Debiéramos construir otros mecanismos (o no darle la puntilla al que tenemos: la ONU).

8:32 AM  
Blogger Miguel K. Stobbs Serrano said...

Está claro que la maniobra política de Corea es maestra.
Mientras que Saddam gritó a los cuatro vientos que no tenía armas de destrucción masiva y cumplió todas las resoluciones ONU, Kim Jong Il ha dicho, sin ambages, tengo armas, sé utilizarlas y las usaré en caso de que te acerques.
¿Resultado? Al cumplidor se le ha provocado una guerra civil y al infractor se le agasajará con programas de recuperación económica para que abandone su juguetito.
Esa, y no otra, es la lógica exterior del imperio.

8:56 AM  

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