El todo vale llega a su culmen
Mentiras, agitación, apoyo de la extrema derecha, deslegitimar la propia democracia...la manifestación de Pamplona es el último y más perfecto ejemplo del todo vale.
La premisa de la que parte es falsa de toda falsedad, a saber, Navarra no se negocia. ¿Quién ha negociado Navarra?¿Dónde están las pruebas de que Navarra es parte de una negociación con ETA?
Dice la derecha, cada día más escorada, que la frase de Zapatero: "Navarra será lo que decidan los navarros" revela lo real de sus miedos. Brillante deducción, querido Rajoy, la afirmación de que el futuro de las comunidades depende de sus ciudadanos merece, para ti, un juicio de rendición.
Pongámonos en un caso improbable, pero no imposible, que nuestro estimado líder de la oposición no ha considerado al verter toda esta basura sobre el Gobierno legítimo de España y el partido que lo sustenta, ¿y si Nafarroa Bai gana las elecciones y pacta con IUN-NEB un Gobierno conjunto? Ambas opciones defienden la integración de Euskadi y Navarra, ¿serán los navarros culpables de rendirse ante el terror?
Aún más. ¿Dice el señor Rajoy que si los ciudadanos de Navarra hacen uso de la Disposición Transitoria cuarta de la Constitución Española, norma suprema de nuestro ordenamiento a la que el PP presta toda su atención treinta años después de rechazarla, serán catalogados como traidores, vendepatrias y conniventes con el terror?
"Fuero y libertad, Navarra no se vende", tantas mentiras en una sola frase dejan en un lugar muy discutible al Gobierno navarro, acuciado por sus malas expectativas electorales, ante la previsible subida de Nafarroa Bai, que rondará el 13%, una posible aparición de Batasuna, que en Navarra tiene muchos adeptos, siendo la fuerza mayoritaria del nacionalismo, y, por último, la subida del PSN-PSOE.
Con su estrategia, UPN-PP logrará que posibles votantes del PSN con sensibilidad nacionalista acaben apoyando a Nafarroa Bai, como lograrón que ERC pasara de fuerza marginal a cuarto grupo del Congreso de los Diputados, o perdieron las elecciones vascas 2001, con la connivencia vergonzosa del PSE de Redondo. La adhesión de Falange, Comunión Tradicionalista Carlista, y otros grupos de extrema derecha provocarán que el electorado abstencionista vote a opciones que juzgue agraviadas por la violencia política de la derecha.
Un paso más en favor de la radicalidad, un metro más lejos de la cordura y la cultura democrática. Nuestra derecha lleva tres años de cruzada para recuperar el poder de las santas tierras hispanas, sin reflexionar que su apuesta puede poner a España al borde del precipicio.
Labels: Euskadi, manifestación, nacionalismo, Navarra, PP, PSOE
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