De consultas y Eurocopas
España ha gando la Eurocopa. Y el que escribe estas líneas está loco de contento, porque le encanta el fútbol y recuerda seguir a la selección desde los tiempos del Buitre.
El primer recuerdo que tengo de un partido de España es del Mundial de México, en una televisión en blanco y negro portatil que tenía en mi habitación.
La primera vez que recuerdo haberme emocionado fue con un hat-trick de Butragueño a Irlanda del Norte en un partido que mi memoria dice que acabó 4 - 1, pero que no sé si será verdad.
Luego vinieron los yugoslavos en Italia'90, el primer partido que vi en directo, un España - Uruguay infame en Oviedo, el desastre de le Euro'92, el codazo de Tassotti, que me tuvo llorando dos horas, la eliminación contra Inglaterra en la Euro'96, que no me afectó, porque en ese partido mi corazón estaba dividido a partes iguales; el desastre del Mundial francés, de la Euro'00, el robo de Corea, la humillación en Portugal, el horror del Mundial de Alemania...y por fin...por fin el éxtasis. Y yo lo celebré. Y me encantó que mis vecinos lo celebraran. Y me encantó que otros no lo celebraran, porque no lo sentían.
Porque esto es sólo deporte, por mucho que ahora se digan estupideces sobre el "todos" y las "partes", sobre las banderas, la bandera de mi país es la rojigualda, la de mi corazón es la tricolor, ¿cuál es el problema?; sobre la nación y sus nacionalidades, o se insulte alegremente a aquellos que no sienten lo mismo que nosotros.
La excitación nacional es irracional. Como lo es que Puigcercòs, por esa misma excitación, deseara la victoria turca, país violador de los derechos del pueblo Kurdo, o Urkullu el triunfo ruso, que tanto hacen en favor de la libertad de Osetia o Chechenia.
Pero, siendo esta la noticia más cacareada de los últimos días, a mi me interesa mucho el tema de la consulta de Ibarretxe.
Resulta que el Parlamento Vasco ha aprobado una ley para habilitar a la sociedad vasca a responder a dos preguntas que, en teoría, definirán su futuro.
Hasta aquí a mi todo me parece correcto. La consulta no es vinculante, con lo cual no atenta contra la reserva constitucional de referéndum a favor del Estado, y cuenta con el voto afirmativo de la mayoría absoluta de los representantes del pueblo vasco, tras consulta democrática.
Bien.
Entonces...¿cuál es el problema?
Pues el problema es que Ibarretxe ha diseñado dos preguntas que buscan, únicamente, dividir en buenos y malos, con una orientación política e ideológica sesgada hasta la náusea.
¿Por qué no se negoció el contenido de la pregunta?¿Por qué la concesión a la izquierda abertzale de la "no condena" a ETA?¿Por qué un desafío tan gratuito y estéril?
En Catalunya o en Andalucía las cosas se han hecho bien. Se ha negociado, se ha ampliado el autogobierno, y se ha incluido la posibilidad de realizar consultas a la ciudadanía.
¿Por qué Ibarretxe ha tirado por la calle del medio? Porque necesita esa posición victimista para presentarse como violentado por la opresión española.
¿Por qué es tan desleal utilizando el proceso de paz en contra del Gobierno al que, presuntamente, acompañó en ese proceso?
Ibarretxe ha caído en una espiral peligrosa. Forzar una consulta teniendo que pedir un favor a compañías nada edificantes y cuya acción política se sustenta sobre la violencia como motor ideológico.
La consulta me parece legítima. Las preguntas me parecen tan tendenciosas que sólo merecen lástima o arcada.
Otra oprtunidad perdida.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home