El estado de la Nación...¿y la paz?
El debate sobre el Estado de la Nación ha dejado una imagen muy significativa, la de una oposición desquiciada y arrojada en brazos de los más fanáticos de la "New Right" española.
A mi me suelen interesar este tipo de debates, son los que de modo más claro plasman la dirección que los diferentes grupos toman durante la legislatura, y están alejados de la monotonía que reina en las sesiones ordinarias de las Cortes, especialmente del Senado.
Pero este recién terminado debate ha sido, posiblemente, el más impactante en años.
Hemos visto a un Gobierno muy seguro de sí mismo, posiblemente demasiado. Ya lo advertí hace un par de meses y lo vuelvo a repetir, el Gobierno está en poses excesivamente triunfalistas. Es cierto que hemos avanzado, que a nivel social hemos recuperado varios de los años de desventaja que teníamos con Europa, pero no es menos cierto que no vivimos en el país de la gominola que el Presidente ha descrito. Los aciertos del Gobierno están ahí, nadie se los puede negar, pero aún queda camino, y la autocomplacencia no es más que un freno al progreso.
Hemos visto a una oposición incalificable, tabernaria, con todos los "tics" que se le supone al fanatismo cuasi religioso y meta - físico de los telepredicadores americanos. Que si el Gobierno ha traicionado a los muertos, que si permitiendo el matrimonio homosexual ha dividido a la sociedad...toda una sarta de improperios propios del resquemor y la envidia de saber que no hay alternativa, que la revolución democrática y social que en este país los progresistas iniciaron el pasado 14 de Marzo les ha pillado a contra pie mirando más al siglo XIX que al XXI.
Hemos visto a una ERC increíblemente entonada y consciente de sus obligaciones, y eso nos debe alegrar enormemente. ERC puede jugar un papel tan importante en esta segunda transición como el que jugó en su momento CiU en el 78. Parece que la estrella de Puigcercòs está ganando importancia en contraposición al tipo de actuación al que Carod nos tiene acostumbrados.
Hemos visto a una IU magnífica, desafiante y con altura de miras, crítica con el Gobierno y a la vez dispuesta a pilotar la nave que lleve a este país a la convergencia real con Europa. El discurso de Gaspar Llamazares ha sido muy bueno tanto desde el punto de vista técnico como político, y, sinceramente, creo que ha recuperado mucho de lo que IU había perdido en las últimas elecciones.
Hemos escuchado a un PNV excesivamente egoísta, de perfil bajo. Parece que no les acaba de gustar la idea de que sean otros los actores principales de la paz...a no ser que sea una escenificación pactada, como tantas que han pactado PNV y PSOE.
CiU estaba desconocida, descolocada, sin saber a donde mirar. Se nota que algo se está movieno en el nacionalismo catalán y que CiU no lo está sabiendo leer con claridad. Durán i Lleida ha demostrado una vez más un estilo dubitativo, excesivamente simple a la hora de dar explicaciones. Quizás son conscientes de que álguien les está pasando por la izquierda.
En fin, un debate en el que, por encima de todo, hay que destacar la voluntad del Gobierno por lograr la paz en nuestro país, una paz que todos ansiamos, y que llegará si todos ponemos de nuestra parte y sabemos leer con inteligencia el juego. Siempre habrá quien no quiera colaborar, porque saben que su vuelta al poder solo pasa por una polarización de la crispación política. Les aterra pensar que otros puedan lograr lo que ellos impotentemente intentaron sin escuchar a nadie, de modo unilateral.
Esperemos que el Gobierno cumpla sus propósitos, esperemos que no sigan endiosándose de este modo...y que miren un poquitito más a la izquierda.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home