Monday, December 18, 2006

¿Es inevitable hablar de las dos Españas?

El otro día veía en Popular Tv un coloquio en el que estaba César Alonso de los Ríos. Tras varios minutos poniendo a parir a los "progres", que deben ser unos muy malos, a tenor de lo que decían los contertulios, se entró a debatir el asunto de las dos Españas, su existencia y su origen.
Alguno de los argumentos era interesante, como por ejemplo lo dañino que había sido para el país el uso excluyente de los símbolos nacionales por parte de la dictadura, aunque el resto eran tópicos demasiado enfocados a hacer proselitismo conservador como para merecer mucha atención.
Sin embargo hubo una reflexión que me llamó la atención. Se juzgaba la división de las dos Españas como algo "inevitable".
Me parece un buen punto de partida para debatir.
Yo me posiciono radicalmente en contra del carácter inevitable de las "dos Españas".
Argumentos:
- Es cierto que la existencia de las dos Españas es un fenómeno presente en la historia contemporánea de nuestro país, esto no lo puede negar nadie. Baste recordar que las guerras carlistas, por ejemplo, tenían bastante que ver con visiones radicalmente opuestas de ver la política nacional, entre ellas la tan traida y llevada cuestión territorial. Pero el hecho de que haya habido una tensión dual a lo largo de nuestra historia no quiere decir que sea inveitable continuar reproduciéndolo en el futuro.
- La división izquierda-derecha existe en todos lados, si cabe con mayor virulencia que en España.
- La Transición ha sido un gran vehículo de desarrollo y cohesión social, pero no olvidemos que dejó sin cerrar ciertos debates porque lo importante era conquistar la democracia. Es ahora, cuando tenemos una estabilidad democrática incontestable, cuando debemos acabar de cerrar las agendas que no supimos completar entonces. Por ello es necesario sacar adelante leyes como la de la Memoria Histórica, como bien decía Ian Gibson en La Nueva España, puesto que ayudan a poner en orden todo lo que quedó descolocado.
- Mi generación, nuestra generación, la que no vivió la Guerra, la que no sabe lo que es vivir en Dictadura, es la que debe solidificar los pilares del entendimiento. Que una persona de mi edad se lance a llamar a otro "franquista", o le recuerde Paracuellos, nos debe poner los pelos como escarpias. Eso es el pasado. Debe conocerse, pero no utilizarse.

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