¡La cagamos, Mariano!

El PP se ha encontrado con malas noticias de cara a las elecciones. Por un lado, una de sus banderas durante esta legislatura, el recurso contra la Ley de Igualdad, se ha desmoronado con el voto de 12 de los 13 magistrados componentes del TC, lo que traducido a román paladino quiere decir que hasta los miembros más conservadores, menos uno, de la instancia judicial dedicada a la defensa de la coherencia jurídico constitucional han validado una de las normas estrella del Gobierno socialista.
Por otro lado, el famoso caso de las sedaciones del Hospital Severo Ochoa, en el que el Gobierno de Esperanza Aguirre linchó publicamente a un equipo de facultativos sin respetar en absoluto la presunción de inocencia, se ha cerrado confirmando la inexistencia de mala práxis por parte de los médicos marginados, a pesar de lo cual, el PP insiste en tratar de hundirlos públicamente, menospreciando a la justicia, y mostrando su consideración hacia unos ciudadanos y sus familias que han sufrido uno de los acosos políticos más deleznables de nuestra democracia.
Y, por último, la propuesta de los 400 euros ha puesto nerviosos los cuarteles de invierno de los populares. Si bien es cierto que ha requerido de un argumentario, que he recibido hoy por email, por parte de los socialistas para explicar la medida en toda su extensión, una vez concretada la medida supone un rotundo acierto, por cuanto mejora considerablemente la situación de las rentas más bajas y las clases medias, en contraposición con la propuesta fiscal del PP, que se centra en mejorar la situación impositiva de las rentas más altas.
Es una pena que no pueda colgar el argumentario aquí, y corta-pegarlo sería demasiado, por su extensión.
¡Buen día para los conservadores, oiga!