Irrelevancia en tiempos de crisis
Llevo días, semanas, tratando de escribir, y no he podido acabar ni uno sólo de los textos que he empezado. Todos ellos se han visto arrumbados por el desencanto.
Comentemos lo que comentemos, y hay muchas cosas que comentar, todo acaba envuelto por una sensación de mediocridad, de vulgaridad y poca talla política, aquella que, sin lugar a dudas, preside el comportamiento de los dirigentes europeos ante la que se está viniendo encima.
En España, un Gobierno socialdemócrata y una oposición conservadora parecen incapaces de liderar un proyecto ideológico, cada uno el suyo, que, sin estridencias ni falsos mesías, trate de ofrecer alguna solución ante el periodo que nos toca vivir.
El pragmatismo mal entendido se extiende, y las medidas que se ponen encima de la mesa parecen fruto de una ocurrencia que de un estudio concienzudo del problema.
Y ¿cuál es el problema?
Son tantos...pero todos ellos comparten una cosa: el escenario. Estas crisis son propias del capitalismo.
En estos momentos, como en otros momentos históricos, constatamos, una vez más, que el capitalismo no es un sistema perfecto, y que, desde luego, dista mucho de ser lo que sus teóricos dicen de él.
Vamos, que el capitalismo teórico se encuentra con los mismos muros con los que se encuentran otras alternativas económicas, pero, sin embargo, estas últimas han sido denostadas y aparcadas, y la primera sigue presumiéndose válida, a pesar de los pesares.
Y lo más curioso es observar como los teóricos de la causa liberal no enarbolan ni una sóla de las banderas que, en este momento, se deberían erguir contra la situación económica mundial.
Nadie alza la voz ante la destrucción de la libre competencia, la opacidad de los mercados financieros, la promoción de monopolios privados por parte del poder político, la ingerencia de las empresas tratando de destruir los estabilizadores automáticos de la economía...
Los liberal-conservadores del mundo occidental no hacen más que dar la razón a Papá Hayek cuando decía aquello de "socialistas de todos los partidos". Es decir, la derecha practica alegremente el socialismo aristocrático, el tomar como sujeto de las medidas del Estado a los grandes empresarios y poderosos.
Plutocracia.
Y ¿cuál es la respuesta de la izquierda europea? Apoyar, en parte, la directiva de retorno...aprobar las 65 horas semanales...no toser en absoluto al sistema.
Las grandes empresas, esas que crean la riqueza de los países occidentales, no pierden, "dejan de ganar".
Los obreros trabajan y no pueden pagar sus hipotecas.
Hay una ola especulativa de materias primas a nivel mundial.
Las contradicciones históricas, la dialéctica que preside el devenir del mundo en estado puro.
Los que más tienen siguen ganando, los demás siguen cada vez con menos.
¿A alguien le cabe duda de que el sistema es el culpable?
¿De verdad no existe una alternativa coherente, pacífica, que no tiene porque ser revolucionaria?
¿Ya nos hemos olvidado de qué propugna la socialdemocracia?
P.D.: El paquete de medidas del Ministro Sebastián me parece interesantísimo. Con algunos retoques, y negociación parlamentaria puede convertirse en un buen instrumento para paliar nuestra dependencia energética.
P.D.2: Me congratulo de que el AKP turco no haya sido ilegalizado. Habría sido un terremoto en Europa.
P.D.3: La ICAR ha recibido más que nunca de las declaraciones de IRPF de los españoles. Menos mal que este Ejecutivo estaba en plena vorágine laicista.
P.D.4: A quién no le interese la eutanasia, el aborto, o la investigación con celulas madre que siga su vida. A los que nos interesa por algo será, ¿no? Quizás no sea el primer tema de conversación en los autobuses, pero tampoco lo es la privatización de RENFE, o la salvaje construcción de campos de Golf y no dejamos de hablar de ello.
Labels: socialdemocracia, socialismo
2 Comments:
La verdad que hoy día la politica española y por extension la europea y la mundial se han convertido en politicas de escenario. Es habitual ver a nuestros politicos esgrimir el facil argumento de "y tu mas..."
Me asombra ver las reaccines que ha producido la aparición de unos concejales del PP en Gijón luchando para que no salgan proyectos que benefician a su ciudad. La presidenta del PP en vez de aclarar el asunto sale atacando al PSOE...
Esta claro que tanto PP como PSOE luchan por acaparar el titular principl de los periodicos aunque cada día la prensa es menos imparcial (y eso que es un dogma de los periodistas)retomando el tema de las grabaciones gijonesas, el periodico lider en Asturias de tendencia claramente popular lleva tres dias sin apenas hacer referencia a la noticia aun cuando ha saltado a los medios nacionales.
El PP se ha sumado a la ola de dar imagen igualitaria poniendo a Dolores de Cospedal en la secretaria general por aquello de que no los tachen de machistas pero cada partido tiene su collar aunque lo trate de ocultar.
El problema del PSOE no es su carga ideológica sino que mucha gente tiene miedo a aplcarla de verdad y lo que es peor aun se tiene miedo a que los jovenes valores del Partido lo puedan hacer y para muestra las declaraciones de Ibarra o Leguina.
Saludos
Sergio
Primero, felicidades por el blog. Ha resultado ser todo un descubrimiento.
Tu comentario me lleva a dos reflexiones.
La primera es que los seguidores de las doctrinas neo liberales y monetaristas sufren una súbita transformación al keynesianismo cuando los ciclos depresivos de la economía les da por no hacerles caso y dejarse sentir con toda su fuerza.
La segunda es más mundana y trata sobre la pobre imagen que transmite el ejecutivo en la gestión de esta crisis. Realmente son pocas las opciones que tiene el gobierno para mitigar la situación y algunas de las propuestas que se han escuchado, como la de entrar a reflotar el sector inmobiliario, es más un suicidio que una solución.
Pero yo esperaba que el gobierno actuara con mayor contundencia explicado la situación a los españoles, diciendo cuales habían sido nuestros pecados en estos años de bonanza y presentar un plan de actuación de cara al futuro.
Solo Solbes, en una entrevista radiofónica, se digno a explicar mínimamente la situación pero sin ofrecer ningún tipo de solución ni siquiera de largo plazo. Y es que el ejecutivo se empeño en negar lo que era evidente desde hace meses y ahora le será muy difícil intentar liderar una estrategia que permita afrontar esta época de vacas flacas.
Saludos
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