Sunday, July 02, 2006

El anuncio de Zapatero.

El 15 de diciembre de 1993 John Major, primer ministro británico, y su homólogo irlandés, Albert Reynolds, hacían un anuncio conjunto en el que declaraban que, en ausencia de violencia, respetarían las decisiones sobre la reunificación que tomaran las comunidades irlandesas del norte y el sur. Ese primer paso fue el desencadenante de la solución al proceso irlandés, que, a día de hoy, sigue dando pasos para llegar a su fin, mediante el diálogo y la gallardía de las diferentes partes.
Dentro de este proceso ha habido momentos muy duros, equivocaciones y errores, pero la mayoría de la sociedad sigue confiando en la paz, sobre todo gracias al buen hacer de la comunidad católica irlandesa.
El 29 de junio de 2006 José Luis Rodríguez Zapatero anuncia el inicio de un diálogo con ETA que desemboque en sun renuncia a la violencia, a la vez que reconoce la necesidad de encarar el problema de convivencia existente en el País Vasco mediante la decisión de los ciudadanos vascos, en ausencia de violencia y con respeto a las leyes vigentes. Dicho anuncio viene acompado de cautelas advirtiendo de lo largo que puede ser el proceso, de los momentos duros, equivocaciones y errores que se puedan cometer por el camino, pero el presidente es consciente de tener una oportunidad histórica para acabar con la violencia terrorista en España.
La sociedad española está, mayoritariamente, con la decisión de Zapatero. Sin embargo buena parte de la prensa deja transpirar un cierto deseo de que el tren descarrile, poniendo en tela de juicio cada paso dado por Zapatero. Al parecer para algunos su miopía ideológica no les permite estar a la altura de lo que un asunto de Estado requiere. ¿A caso no nos habriamos alegrado muchísimo de que la violencia terrorista se hubiese acabado en 1998, con la tregua que gestionó el PP?
La crispación que la derecha mediática genera en España sólo tiene parangón en una sociedad avanzada, la estadounidense, en la que los medios también anteponen sus intereses empresariales ante todo.
Zapatero necesitará suerte y espaldas anchas para aguantar la presión a la que los espurios intereses de la COPE, El Mundo y demás le van a someter.
Por el bien de España y de sus ciudadanos, esperemos que todo esto acabe con final feliz.

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