Manifestaciones
He esperado un tiempo prudencial para poder hacer reflexiones lo más objetivas y serenas sobre todas las manifestaciones que se han ido produciendo en los últimos días en tierras patrias.
La más sonada de todas ha sido, como no podía ser de otro modo, la de la AVT el pasado 4 de junio en Madrid. Con una asistencia de entre 240.000 (Policía Nacional) y 850.000 (Policia Local) puso de manifiesto que la derecha y la extrema derecha tienen una capacidad de convocatoria respetable.
Lo más importante de esa manifestación no fue, como muchos se empeñaron en afirmar, la cantidad, sino el mensaje y la vuelta de la derecha a aquél territorio que no hace mucho calificaron de golpismo radical.
Es muy destacable que los mismos que hace dos años se hartaron de llamarnos de todo a los que nos manifestamos, los mismos que cambiaron el Código Penal Militar para que se considerase delito grave la manifestación en contra de la participación de tropas españolas en acciones bélicas, los mismos que se pasaron por el forro del peritoneo la opinión de más de cinco millones de manifestantes (cinco, amigos, cinco) clamen ahora por las reacciones ante su marcha por las calles de la capital.
A nadie se la ha ocurrido decir que los manifestantes de Madrid eran unos borregos, o unos desestabilizadores...¡faltaría más! La calle, por mucho que le pese a Manuel Fraga, es de todos, sean sus ideas políticas las que sean. El problema es que los que estamos en la izquierda vemos esto como algo natural y saludable, mientras que nuestra némesis política encerraría a todos los "hippies melenudos" que se encontrase si pudiese.
Esa es la grandeza de la izquierda, el aceptar que, la use quien la use, la libertad es de todos e irrenunciable.
¿Qué lectura debemos hacer de la manifestación? Está claro que la AVT y la derecha y la extrema derecha están radicalmente en contra de un hipotético diálogo con ETA y su entorno, a pesar de haber realizado procesos similares en el pasado (Fraga y Suárez en los 70 y Aznar en el 98); y que utilizarán todos los medios a su alcance, incluida la capitalización del dolor, con tal de lograr apoyos.
¿Qué debe hacer el Gobierno? Pues en mi opinión aceptar la palabra legítima del pueblo español, es decir, la que en Cortes, y por primera vez en la historia de la democracia, ha expresado su voluntad de acabar con la violencia terrorista por cauces políticos. Un hito como el que supone que el máximo órgano de la voluntad popular se haya pronunciado en tal sentido conviene no ser olvidao.
Al mismo tiempo debe, como es su obligación, aceptar la existencia de puntos de vista discrepantes, escuchar y responder desde la firmeza democrática con comprensión, pero no con ninguna seña de cautividad. La política antiterrorista no debe, no puede, ser un cortijo particular de la AVT.
La otra "gran" manifestación es la que recorrió Salamanca el día 11. De esta solo comentaré, a modo de chiste, que es el único modo en que me lo puedo tomar, que es similar a que un tipo me robe la cartera y su familie se manifieste ante el juez para que no me la devuelva...si es que hay una cantidad de demagogia en este país...
P.D.: A quienes os interese el tema de la mani de la AVT y su absurdo cálculo de 12 personas por metro cuadrado os recomiendo diversas páginas de opinión:
www.escolar.net
www.royo-villanova.net
www.elpalimpsesto.blogspot.com
2 Comments:
Qué pena toda esa gente ciega....digo, los de Salamanca. Gentes que salen a la calle para que el botín de guerra, el producto del robo y el pillaje, no sea devuelto a sus legítimos propietarios. ¡Ellos, tan partidarios de la sacrosanta propiedad privada, manifestándose contra la devolución de lo robado! Maravilloso esperpento...
Después de la payasada de Salamanca, el PP se ha puesto a sí mismo el listón muy alto: ahora viene la manifestación con los curas...¿a quién amenazarán de muerte en ésta? ¿O se conformarán con condenarnos a las penas del Infierno?.
Joaquim
Aventura en la Tierra
joaquim.diariogratis.com/blog/555
Muy bueno, como siempre.
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