Monday, April 23, 2007

¿Por qué no un Impuesto sobre Sociedades progresivo?

Las reformas fiscales que han entrado en vigor durante el presente año han rebajado los diferentes tipos impositivos tanto en IRPF como en Sociedades.
En el caso del IS, el tipo se ha visto recortado desde un 35% hasta un 32,5% en 2007 y un 30% a partir de 2008.
Este fin de semana me comentaba un empresario con una facturación media que estaba siendo sometido a un procedimiento de inspección por parte de Hacienda. Como consecuencia de dicho procedimiento, se verá obligado a recortar las cantidades asignadas en concepto de dietas para él y su socio y deberá prescindir de ciertos elementos que utilizaba para su trabajo según la época del año que se tratase, y que hasta ahora tenía afecto al cumplimiento de fines empresariales, y, por tanto, le daba derecho a deducciones y amortizaciones.
A raiz de esta conversación estuve dándole vueltas a la cabeza sobre el modo de liberar de cargas a las PYMES, que son la base de la economía de nuestro país, sin penalizar la capacidad recaudatoria.
Ciertamente no sé si la conclusión preliminar que aquí expongo se habrá contemplado nunca, y, por tanto, no aseguro que no esté pecando de ignorancia, pero la cuestión es que me pregunto por qué no se habilita una configuración impositiva para las sociedades que haga que sus tarifas impositivas sean progresivas, como las aplicables a las personas físicas en el IRPF, de modo que una PYME que facture, por ejemplo, 2 millones de euros no deba verse constreñida a cumplir con el mismo tipo que Telefónica que factura decenas de miles de millones.
¿A caso no sería más lógico que el videoclub de la esquina tributase al 18 o 20% y Sacyr-Vallehermoso al 30%?
Más allá de su, en mi opinión, viabilidad económica, tendría un efecto psicológico muy beneficioso, en la medida en que los emprendedores, los medianos y pequeños empresarios, ya no podrían pensar, el menos no con razón, que aquí los ricos se van de rositas mientras ellos soportan el sistema impositivo.
Hay muchas más empresas de lo que parece en las que el emprendedor las pasa canutas para llegar a fin de mes, y a las que un alivio fiscal les vendría muy bien para contribuir al fortalecimiento del tejido empresarial, ya que todo aquello que las PYMES puedan detraer hacia inversiones en I+D+i serán seguros de vida para su permanencia en el mercado global.
Démonos cuenta que en un mundo sin fronteras económicas, nuestras PYMES se ven amenazadas por competidores de todo tipo, no sólo multinacionales, sino pequeñas empresas de, por ejemplo, Polonia o Egipto que gozan de ventajas competitivas. Esas ventajas competitivas deben poder eliminarse por medio de una mayor inversión de esas PYMES en su propia innovación, más allá de los programas gubernamentales desplegados al efecto.
El empresario tipo no suelen ser Botín o Isidoro Álvarez, suelen ser Merche la del bar o Eulogio el pescadero, y es justo que su ánimo emprendedor se vea recompensado con cierta diferencia en el trato fiscal con respecto a los peces gordos, que además tienen instrumentos de planificación fiscal carísimos a su alcance, como por ejemplo la constitución de SICAVs, que tributan al 1%.

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2 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Desigualdad. Desincentivo al crecimiento. Fomento del fraude. Son buenas razones para no hacerlo.

Es más sencillo reducir el tipo del impuesto de sociedades y hacer más fácil la regulación. O es lo que dice mucho experto. En los libros te llegaban a decir que ni siquiera debiera existir este impuesto, pues sólo tiene sentido sobre los beneficios distribuidos y, para eso, ya tenemos el IRPF.

3:11 AM  
Blogger Miguel K. Stobbs Serrano said...

Un placer tenerte por aquí Berlín. He podido observar que te has acercado a las Juventudes Liberales. A ver si lográis sacar adelante un partido del tipo Lib-Dem británico, Radikale Venstre danés o La Rosa Nel Pugno italiano. Sería una excelente noticia para la salud democrática española.
¿Por qué se alentaría el fraude?¿Por qué se desincentivaría el crecimiento?
Yo lo veo justo al contrario: Se desalentaría el fraude, porque ocultar beneficios con tipos impositivos bajos no sale a cuenta. Además incentivaría el crecimiento en el sentido en que las PYMES tendrían más renta disponible y podrían aportar mayor inversión a la riqueza nacional.
En lo que estamos totalmente de acuerdo es en que el sistema impositivo cuenta con demasiadas trabas, y cuanto más se simplifique mejor para todos.
Un saludo.

8:58 AM  

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