El inicio de este curso político está marcado, como no podía ser de otro modo, por las elecciones generales que se celebrarán en febrero o marzo de 2008.
Los contendientes ya están en la línea de salida de la carrera que les llevará hasta Moncloa, y, la verdad, su posición el los tacos es muy diferente.
Zapatero tiene ante sí una gran oportunidad de repetir victoria. Todas las encuestas dan cierta ventaja al PSOE (1,5 - 4,5 puntos), pero además elevan las previsiones y notas de su acción de Gobierno desde las encuestas anteriores al verano. En este sentido es muy de reseñar la curiosa interpretación que el diario EL MUNDO hacía de la encuesta de SigmaDos, en la que todos los ministros tenían mejor valoración que en abril y el PSOE arañaba unas décimas al PP.
Ya vendrá la encuesta de CelesteTel para La Razón a quebrar esta tendencia dando un punto ó punto y medio al PP.
Pero encuestas a parte, Zapatero parece determinado a ganar estas elecciones. Pasado ya lo más grueso de la Legislatura (Estatut y Proceso de Paz), el Gobierno se mantiene en una línea de opinión favorable por las reformas sociales, numerosísimas por cierto, que ha acometido, y en la buena marcha de la economía, que está dando señales de enorme fortaleza, aun a pesar de la crisis "subprime" estadounidense y el enfriamiento del mercado inmobiliario.
El Gobierno, tirando de libro de estilo keynesiano, trata de mitigar el freno que el estancamiento del sector de la construcción sufre en obra privada, licitando infraestructuras y haciendo un esfuerzo inversor que haga que tanto empresas como trabajadores del sector vean con optimismo su futuro.
Rajoy ha hablado esta mañana del dato de la subida del paro en agosto, dato horrible por cierto, pero no preocupante. Hace falta mucho más que un mes para decir solemnemente que la herencia del PP, de Rato "el marxista" como gustan llamarle en Libertad Digital, se ha esfumado. Pero lo que importaba era el titular, y Rajoy consiguió uno que le devuelve su verdadera cara, tras esos ademanes de centrista que intentaba darse.
Rajoy dijo que la economía daba muestras de flaqueza (¿?) porque el Gobierno se había dedicado a hacer estatutos y negociar con terroristas. Sólo le faltó decir que también casa homosexuales...lo cual estoy seguro que lo estaba pensando.
Con estos argumentos, el PP pretende convertirse en alternativa de Gobierno.
Veremos lo que ocurre, pero en el terreno de las ideas, reconozco estar tranquilo.
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