Tuesday, December 02, 2008

El Vaticano, las Cajas de Ahorro, y otras cosas de mención

No tener tiempo para nada provoca que cuando uno encuentra un momento para escribir se vea atropellado por la gran cantidad de cosas que quiere decir. Qué se la va a hacer, es lo que tiene no tener un sueldo por mantener esto, cosa que sí disfrutan muchos de los que pululan por ahí con presunto desinterés y fuerte militancia.
Pero aunque mi presencia cada vez es menor, y mis análisis más simples, siempre que tengo oportunidad me gusta venir y poner alguna de las tonterías que me rondan por la cabeza a cerca de esto que llaman política.

Hoy he comido con una noticia excelente: el Vaticano votará junto con las naciones árabes para lograr que la homosexualidad continúe siendo delito. Digo excelente porque la coherencia siempre me ha parecido un valor, y ya era hora de que, en coherencia, el Vaticano se pusiera del lado de otros estados criminales en la defensa de sus ideas.
Las teocracias musulmanas son Estados nauseabundos, multivioladores de los derechos humanos, opresores...exactamente igual que el Vaticano y la Empresa radicada en su suelo.
Es curioso ver cómo los Estados que votarán a favor de la resolución francesa se encuentran dentro del área de influencia judeocristiana...¿tal vez la Iglesia ha perdido el paso de esa sociedad a la que dice defender?

Lo de las Cajas de Ahorro está dando mucho que hablar. Las Cajas vascas (BBK, Kutxa y Vital) han vuelto a fallar en su intento de fusión. En Castilla y León la polémica suscitada ante el penoso amaño PP-PSOE por lograr fundar una especie de mutante jurídico en forma de sociedad anónima que controle las seis cajas de la Comunidad puede conllevar una auténtica revuelta ciudadana contra el ansia de control político de "sus Cajas". En Andalucía al PSOE le ha salido un grano en forma de directivos de Cajas que se niegan a verse afectados por deseos poco justificables desde el punto de vista económico y con demasiados puntos oscuros...y así...suma y sigue.
Pero, ¿qué se argumenta afavor de las pretendidas fusiones de Cajas? Pues básicamente se alude a la necesidad de ser más grandes para acudir a los mercados mayoristas, la construcción de un "músculo financiero" para encarar la crisis, lograr una mayor eficiencia de recursos...
¿Y si analizamos estos argumentos con una mínima seriedad? Pues nos llevaremos la sorpresa de comprobar que nuestros políticos no persiguen, precisamente, el bien común, sino que persiguen no se sabe muy bien qué fines.
Ante el argumento de buscar un mayor tamaño para acudir al mercado interbancario cabe oponerse sin dudar. Según esa lógica, lo que perseguimos es un mercado a dos: un banco prestatario y un banco deudor, ya que fusión tras fusión, en busca del tamaño adecuado en cada momento, lograremos ir formando un conglomerado bancario planetario sin problemas de liquidez. Todo será suyo, incluídas nuestras almas, que pasarán a constituir garantías hipotecarias.
Otra sandez de cuidado es el asunto del músculo financiero. Quizás se hayan olvidado que el músculo poco trabajado es flácido y poco vistoso...y eso es lo que quieren hacer, un monstruo grasiento y poco atractivo, excepto si lo que queremos es tener un acopio de "grasas" (dinero) que venga bien a nuestras empresas amigas en caso de necesidad. Si este es el plan por el cual queremos cargarnos la historia social y económica de las Cajas, de nuestras Cajas, ¿por qué no decirlo a las claras?
Más aún, busquemos un argumento ideológico. ¿Por qué no se plantea la creación de un banco público? Si lo que queremos es destruir la competencia, y con la fusión de Cajas se destruye, destryámosla con una base socialista, esto es, la socialización de los medios de producción, el retorno de la plusvalía a los trabajadores, y la máxima marxista de "a cada uno según su necesidad, de cada uno según su capacidad".
¿Por qué no damos batalla en este punto?
Una vez que los políticos están lanzados en procurarse unas butacas de lujo en los consejos de administración de las mega corporaciones "Caja de Ahorros", ignorando los derechos de los trabajadores, los derechos de los impositores y clientes, y, sobre todo, laminando los derechos de los ciudadanos, ¿por qué no plantearse la reactivación de la banca pública y con fines sociales?
¿No quieren acabar con la naturaleza especial de las Cajas?

Lo más curioso de la semana ha sido el trágico atentado de Bombay, en el que han perecido tantos ciudadanos como en el 11-m. En España ha ido cogiendo el cariz de un mal sainete, puesto que, por un lado, algunos políticos han querido sacar tajada de la presencia de Esperanza Aguirre en el lugar de la tragedia. Las palabras de Pepe Blanco o Ignasi Guardans no han sido nada afortunadas. En el caso de Pepe Blanco no me extraña, porque es tonto, pero me alarma que alguien como Guardans desbarre de esta manera, porque es un sujeto muy notable. Por otro lado, la propia aludida ha querido rentabilizar la tragedia, apareciendo como martir superviviente, con unos zapatos y unos calcetines cedidos por la aerolínea que la trajo de vuelta a España.
¿Qué hubieramos pensado nosotros si, pongamos, el Primer Ministro de la región de Silesia (Polonia) hubiera sobrevivido al 11-M y al llegar a Polonia hubiese comparecido ante los medios con un saco de patatas por vestimenta hablando del terror que se apoderó de él mientras 200 inocentes perdían la vida, y miles de familias quedaban destrozadas?
Pues eso...

A la vista de todo lo antedicho, propongo que Esperanza Aguirre y Pepe Blanco copulen para dar a luz un vástago heterosexual que se encargue de fusionar las Cajas de Ahorro, y así evitar una revuelta ciudadana.
Así contentaríamos al Vaticano, al PP, al PSOE y al mundo del dinero.

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