La Bestia continúa su avance
El fascismo continúa su imparable ascenso político en los países occidentales con una alarmante victoria ideológica en Austria, patria del degenerado dictador Adolf Hitler.
Las fuerzas neonazis FPÖ y BZÖ han conquistado el 30% de los votos, y consiguen que el país se vuelva ingobernable, lo cual provocará un descrédito aún mayor del sistema, y, en consecuencia, unas expectativas de crecimiento aún mayores de los herederos del nacionalsocialismo.
Lo terrible de esta situación es que ha dejado de ser una extravagancia y se ha convertido en una realidad cotidiana. Actualmente hay estados europeos en los que un 20% de su población apoya teorías racialistas, populistas, militarizantes, liberticidas...
El panorama no tiene visos de mejorar. Partidos fascistas o cercanos al fascismo gobiernan, o han gobernado, Italia, Polonia o Austria; y cuentan con una fuerza decisiva en Dinamarca, Bélgica, Holanda, Francia, Portugal, Bulgaria, Letonia...
Parece que únicamente Alemania y Gran Bretaña están temporalmente vacunados contra esta plaga, aunque BNP y NPD crecen pasito a pasito, y en cualquier momento nos pueden dar una sorpresa.
Quizás fuera una buena idea analizar, más allá de todo cálculo electoralista, puesto que siempre hay una fuerza mayoritaria a la que le viene de perlas el ascenso de los neonazis, las causas de este resurgimiento imparable de la extrema derecha, antes de que tengamos que echarnos las manos a la cabeza, viéndonos obligados a correr un vergonzoso tapiz sobre nuestras responsabilidades colectivas.
En primer lugar el sistema capitalista occidental se está derrumbando por los cuatro costados. No es sólo su derrumbre económica, quizás el más notorio, sino también el derrumbre político y social, configurándose como un esquema incapaz de favorecer la participación efectiva de los ciudadanos en los asuntos públicos.
Pero también hay que señalar con el dedo a los votantes de las opciones extremistas, auténticos descerebrados que legitiman con sus votos las acciones que el fascismo viene llevando a cabo desde su surgimiento.
El votante que hoy apoya a Silvio Berlusconi, a Jean - Marie Le Pen, a Pia Kjesgaard, a Jörg Haider, a Lech Kazynsky, y a tantos otros herederos de los dictadores europeos de la decada de los 30, es el responsable primero y fundamental de todo lo que pueda acaecer al calor de las ideas asesinas y perversas de los partidos patriotas.
Al Partido Nazi lo aupó al poder el pueblo alemán...que nunca se nos olvide.
Parece que dentro del ejercicio de amnesia colectiva que la humanidad ejerce sobre sus propias responsabilidades, estamos dispuestos a desempolvar a la ideología más cruel y terrible que ha gobernado...y no se ve a nadie muy dispuesto a ponerle freno.
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