La derecha lleva mucho tiempo tratando de extender la comparación de que la COPE es como la SER, pero de derechas, Losantos es como Gabilondo, pero de derechas, o Nacho Villa es como Carlos Llamas, pero de derechas.
La SER demuestra todos los días que la comparación ofende. Nunca en dicha cadena de radio se ha insultado o acusado a un votante del PP de ser amigo de asesinos, por ejemplo, cosa que la COPE no puede decir al contrario, en la que a aquellos que hemos votado a otras opciones se nos ha acusado de "hijos de puta", "amigos de los terroristas" o cosas peores.
Ayer Iñaki Gabilondo entrevistaba a José Luis Rodríguez Zapatero, y los más pensaban que Zapatero había corrido a pedir auxilio a PRISA para que la primera entrevista tras el final del alto el fuego fuera en suelo amigo. Quienes pensaban eso se apoyaban, sin duda, en hechos similares de su predecesor en el cargo y alguno de sus ministros, con unas entrevistas a mesa y mantel con Alfredo Urdaci, Isabel San Sebastián o Federico Jiménez Losantos.
"¿Le han engañado o se ha engañado?"La primera en la frente
Gabilondo, lejos de dejar al Presidente vender su idea, mirar a los ojos de los españoles y asegurarles lo que fuera, etc., atacó desde el principio, marcando una línea dura, buscando poner a Zapatero en dificultades. Diseñó una entrevista de todo menos cómoda. Como debe hacer un gran periodista independientemente de sus afinidades políticas.
Gabilondo demostró que se puede ejercer el periodismo con cierta objetividad e independencia, que hay quien prefiere el prestigio profesional a los ejercicios acomodaticios con el poder. Y es una suerte.
Una buena entrevista la que tuvimos la ocasión de ver ayer. Un entrevistador sensacional y un entrevistado correcto.
Zapatero escapó más de lo deseable de ciertas cuestiones, pero mostró una enorme serenidad y credibilidad. Expuso sus razones, sus obligaciones, e hizo bien.
Falló en el "tuteo" al entrevistador, quizás debía haber adoptado un tono más solemne, y falló en anticipar de modo tan crudo el resultado de su entrevista con Rajoy, por mucho que éste se haya comportado como un irresponsable en sus labores de Estado como jefe de la oposición. Esas cosas se piensan, pero no se dicen cuando eres el Presidente del Gobierno.
Por lo demás, yo le sigo agradeciendo haberlo intentado, le agradezco que haya reconocido a las claras que hubo contactos, y le creo cuando dice que ETA quiso hablar de política y el Gobierno se negó, como no podía ser menos.
Una máscara más que cae en la labor de oposición: Primero el 11-M, ahora Zapatero no ha rendido al Estado a los terroristas, ni Navarra está pidiendo su ingreso en la UE como Estado independiente, ni De Juana está comiendo un marmitako con Josu Ternera, ni Otegi es ministro de Interior.
Pero claro, la política del miedo es más efectiva que la contraposición de ideas, sobre todo cuando no se tienen.
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